En ocasiones he comentado por aquí lo traidora que es nuestra imaginación a la hora de imaginarnos en ese maravilloso escenario de independencia financiera: nos vemos física e intelectualmente igual que ahora… y financieramente libres. Pero la realidad es casi siempre diferente. La vida da muchas vueltas, los años pasan, y mientras llevamos a cabo nuestro plan de independencia financiera, suceden muchas cosas que alteran nuestro entorno y a nosotros mismos. Tal vez uno se case y tenga hijos, tal vez haya una crisis, tal vez se pierda el trabajo o nos toque la lotería…
Pero hoy, nosotros nos vemos en ese futuro idílico fenomenalmente conservados…
La realidad, casi siempre es bien distinta. La independencia financiera requiere constancia y tiempo, y si bien lo primero puede ser relativamente fácil de conseguir con disciplina, lo segundo en muchos, muchísimos casos, no deja demasiado margen de maniobra.
La experiencia me dice que la inquietud inversora normalmente no empieza a los 20 años… y ni siquiera a los 30. Es más bien hacia los 40 cuando más que interés la gente empieza a mostrar preocupación. Y con 40 años, el recorrido para ejecutar el plan es un camino muy estrecho.
Está claro que cada persona tiene un escenario diferente: edad diferente, ingresos diferentes, capacidad de ahorro/inversión diferente, pero en todos los casos conviene gestionar la expectativa de cada plan. ¿Qué puedo llegar a conseguir en mi situación?
En el mundo de la inversión, dar cifras ciertas es imposible. Pero yo considero que siempre es conveniente saber qué se puede alcanzar dado un determinado escenario de partida.
Hay muchos blogs sobre independencia financiera que alaban el maravilloso poder del interés compuesto… pero hay que ser realista. No todo vale ni es tan fácil como parece. Repito que manda la prudencia y conviene gestionar la expectativa.
En mis conversaciones sobre inversiones, cundo las personas acuden a mí para aprender y empezar a invertir, trato de hacer ese ejercicio de gestión de expectativa. Os pondré un ejemplo tomando como base lo que conozco sobre “Miss Y”, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión por aquí…
¿A qué puede aspirar (financieramente hablando, claro) “Miss Y” ?. Veamos qué información tenemos disponible…
Capital invertido hasta 2018: 9.000€, que según su extracto han pasado a ser 11.000€ (he redondeado ambas cifras para simplificar los cálculos).
Actualmente realizando aportación mensual de 135€.
Bueno, pues ese es el escenario de partida a día de hoy. Sin cambiar ningún parámetro, veamos qué puede esperar “Miss Y” de su plan inversor si lo mantiene sin variaciones hasta los 65 años.
A “Miss Y” le quedan por delante 25 años para aportar a su plan hasta los 65 años.
Sólo con ahorro, llegada esa fecha, “Miss Y” podría disponer de 51.500€ (40.500 más los 11.000€ iniciales). Pero hace años que “Miss Y” decidió dejar de ahorrar para pasar a invertir, por lo que la proyección de su capital a futuro es mucho más variable. Su vehículo de inversión es un fondo que invierte en la zona euro, con una distribución de 70% en renta variable y el 30% en renta fija.
Si continúa su plan inversor, el análisis de Montecarlo (*) arrojaría el siguiente resultado:
En el peor de los casos, “Miss Y” podría obtener algo más de 61.000€. En el mejor, 247.000€, y usar la media nos indica que lo más probable es que la cantidad ronde los 123.000€. (Esta cantidad ya contempla los 11.000 € iniciales).
Primera conclusión: los datos históricos nos indican que la inversión da sopas con honda al ahorro.
Supongamos ahora que “Miss Y”, vive tras su jubilación otros 20 años (85 años es una edad respetable, pero bastante asequible para los tiempos actuales en el mundo desarrollado).
Con el capital acumulado, “Miss Y” podría optar por complementar su pensión con 410€ al mes y comprarse una pistola para el caso de que su vida se prolongase más allá de los 85 años.
O bien, podría seguir manteniendo su inversión, retirando una pequeña cantidad al mes o al año. Esta cantidad, aunque no esté escrito en ningún lado, no debería superar el 4% anual. Y así, “Miss Y” podría tener una renta “vitalicia” y además, dejar un pequeño patrimonio a sus herederos.
Esa renta vitalicia, partiría de unos similares 410€ al mes (correspondientes al 4% de los 123000, dividido entre 12 meses), pero que poco a poco, según indica el dato medio, se iría incrementando…
Y con la ventaja de que si la vida se prolonga más allá de esos 85 años, la pérdida patrimonial no sólo no existe, sino que además, lo que se produce es un pequeño incremento: a los 85 años, «Miss Y» dispondría de casi 149000€, 26.000€ más que cuando empezó a retirar dinero de su plan inversor.
Como vemos, es difícil que «Miss Y» alcance la tan ansiada Independencia Financiera… pero con un análisis como éste puede tomar mejores decisiones sobre qué quiere para ella… y para la de los que la rodean. Os recordaré que «Miss Y» reveló que su marido había hecho exactamente las mismas aportaciones», con lo que su unidad familiar es probable que tenga algunos menos sobresaltos en un futuro…
Esta es la gestión de la expectativa: qué se puede llegar a conseguir con una aportación mensual de 135€. El ejercicio admite todas las variaciones posibles, pero no dudéis en que realizarlo nos acerca un poco más a la (f)independencia.
… ¿Y tú?… ¿Has hecho ya tus cálculos?.
(*) El método de Montecarlo proporciona soluciones aproximadas a una gran variedad de problemas matemáticos posibilitando la realización de experimentos mediante la utilización de un computadora. Para ello utiliza muestreos de números y realiza multiples iteraciones.
Los resultados que se muestran en este ejemplo son fruto de un análisis de este tipo sobre un total de 10000 carteras de inversión.
En el primer caso, el saldo inicial de cartera es de de 11,000$ y se realizan aportaciones mensuales de 135$, utilizando los datos de rendimiento histórico de los mercados, disponibles de enero de 1994 a diciembre de 2017.
En el segundo, el saldo inicial de cartera es de de 123,000$ utilizando también los datos de rendimiento histórico de los mercados, disponibles de enero de 1994 a diciembre de 2017. El rendimiento histórico de la cartera seleccionada para este período fue 8.52% de rendimiento medio (7.40% CAGR) con 12.85% de desviación estándar de rendimientos anuales. Los resultados de la simulación se basan en los rendimientos nominales generados y en los retiros fijos del 4,00% anual. El modelo de inflación simulada utilizó inflación histórica con 2.22% de media y 1.19% de desviación estándar con base en los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC-U) de enero de 1994 a diciembre de 2017. Las muestras de inflación generadas se correlacionaron con los retornos de activos simulados basados en correlaciones históricas. El período de tiempo de la simulación estuvo restringido por el historial disponible para los Bonos Globales (sin cobertura) [enero de 1994 – julio de 2018]. La herramienta utilizada para este análisis y los gráficos generados se han obtenido de www.portfoliovisualizer.com.