Tener un buen plan es importante. Casi para todo. Personalmente, para determinadas cosas, me gusta improvisar. Pero hay otras que sobre las que me gustaría conocer el resultado de antemano.
Pero los planes, no dejan de ser eso: planes. Y a los planes les gusta llevarnos la contraria, casi sistemáticamente.
Sobre esto de los planes, hace ya unos años, alguien me puso un ejemplo que todavía recuerdo, y que recurrentemente ha tenido razón: hacer un plan es como disparar una flecha hacia una diana. Influye el saber hacer (en este caso tirar con arco), la puntería (lo acertado de la orientación que le queramos dar) y la lectura de los factores externos (la capacidad que tengamos para leer y poner en conjunción varios factores, la distancia, el viento, la fuerza a aplicar en el tensado de la cuerda…).
…Y luego, la flecha… sale…
Y una vez que sale… mil factores tratarán de afectarla de alguna manera: puede ser que haga diana, pero puede ser que el viento arrecie, que algo se interponga en el camino, que la forma de la flecha no sea tan buena como nosotros queremos…
La flecha, una vez disparada, tiene vida propia.
Nosotros teníamos un plan. Luego… pasan cosas.
Y eso es: en algunos casos, si tendremos la capacidad de volver a influir en la trayectoria de la flecha. Y podremos corregir su trayectoria gestionando su desviación. En otros, la flecha se desviará, y no hará diana. Y entonces lo único que podremos hacer es medir la diferencia entre lo planificado y el resultado obtenido.
Así se las gastan las flechas. Así se las gasta la vida misma.
Por poner algunos ejemplos, en la vida, tener un hijo es disparar una flecha… Nosotros podremos orientarlo, apuntar más o menos dónde queremos que llegue. Y luego pasan cosas.
Las relaciones personales, son una flecha. Y algunas amistades inquebrantables del pasado, afectadas por el tiempo, puede que se difuminen…
Las habilidades técnicas, son una flecha. Y ese esfuerzo que realizamos, resulta que recibió un soplo de viento desde atrás, y partió la diana en dos…
Y las habilidades financieras, también son una flecha, porque casi todos tenemos un plan, y hemos disparado la flecha… pero la verdad es que muy pocos se han parado a pensar en el plan para cuando la flecha haya llegado a la diana. ¿Y si la desviación fue demasiada? ¿Y si el viento en el último momento cambió?
Hay planes, y luego está la realidad. ¿Te has parado a pensar si tu plan es realmente viable? ¿sabes exactamente la diana a la que estás disparando? ¿lo dura que es? ¿la distancia verdadera a la que está? ¿te has parado a medir el viento y su dirección?… ¿tienes un plan para corregir la trayectoria de la flecha una vez que haya salido?
Nosotros teníamos un plan. Luego… pasan cosas. Pero una cosa que diferencia a la especie humana del resto de seres vivos, es la capacidad de imaginar escenarios, alternativos a la realidad, que no han sucedido, y, eso, precisamente eso, es lo que nos faculta para poder intentar corregir la trayectoria de la flecha una vez que ha sido disparada.
Y aún así, vuelven a pasar cosas.
Eso sí: no me cabe la menor duda de que tener un plan, ejecutarlo, seguirlo de cerca y tratar de controlarlo, en cualquier ámbito, ¡te acercará a la (f)independencia!
Yo lo tengo. De hecho estoy alcanzando la IF más pronto de lo que creía y me no sé exactamente cuándo dar el salto…
Hola Mucho Invertir,
Enhorabuena por partida doble: por tu fantástico blog (muchoinvertir.com), que revaloriza cada uno de tus comentarios aquí, y por ese grado de independencia financiera a punto de ser consolidada. Creo que al final «dar el salto» no deja de ser un «acostumbrarse a»…
Las matemáticas, bien ejecutadas, saben de lo que hablan, y si las cuentas salen… para años buenos y para años malos… y si tu plan inversor, aun en escenarios desfavorables es capaz de cubrir tu gasto… y si necesitas ese cambio porque seguir igual atenta contra tu felicidad… Al final, más que salto, será eso, un «acostumbrarse a»…
Y afortunadamente la tecnología nos permite hacer simulaciones con datos históricos… para poder asegurar todavía más ese «acostumbrarse a»…
¡Gracias por el comentario!
Enhorabuena a ti por el blog, que he conocido recientemente.
Como dices, se está consolidando, para los años buenos la tengo, para los normales, si no me paso de gasto, también. Para los malos, aún no, y es por eso que sigo en camino.
Por cierto he leído tu artículo de que cuando fulanito de tal se está forrando, jajaja. Tienes toda la razón. Yo prefiero de los que la gente diga: «te acuerdas del loco este que hace unos años se puso a perder dinero en bolsa, que iba al trabajo en bici y que se reía de los que se compraban un coche con su primer (o vigésimo quinto…) sueldo? Pues nada, no está forrado pero se jubiló hace unos meses y al resto nos quedan aún 30 años de trabajo…» jeje.
Hola Mucho Invertir,
«Seguir en el camino»… al final lo es todo. Pero lo difícil es eso: seguir en el camino. Lo curioso de estos caminos, es que uno al final no sabe bien dónde llegan. Pero una cosa si que es cierta: si no se empieza a andar, uno no se acerca a ningún lado. Así que la decisión creo que es fácil: qedarse en la salida… o dar el primer paso, y otro, y otro , y otro… y comprobar que «para los años buenos la tengo, para los normales, si no me paso de gasto, también. Para los malos, aún no, y es por eso que sigo en camino».
¡Gracias pro tu comentario!
Hola Fansworth,
Me han recomendado recientemente tu blog y me ha encantado. Lo he incluido en la recopilación de mi blog y entra ya a formar parte de la lista para la votación por el mejor blog del mes de Julio (si no tienes inconveniente, por supuesto)
Saludos y enhorabuena por el blog!
Hola Independentista (financieeeero),
Muchas gracias por incluirme en tu recopilación. Sólo ver mi blog en una lista, junto a verdaderos pesos pesados del mundillo… es para mi todo un honor. ¡Gracias!
acabo de descubrir tu blog y es una pena que no tengas subscripción por mail.
Hola Javi,
Tienes toda la razón del mundo. Imperdonable a estas alturas. Pero no dudes de que está en el libro de ruta… y llegará. Gracias por tu comentario.