Si estás leyendo esto, es porque te trae aquí una inquietud.
Yo creo saber cuál es. Y creo que has acertado en tu búsqueda. O por lo menos has llegado a un punto donde tomarte un respiro, entretenerte un poco, aprender, y finalmente (espero) descansar.
Aquí no encontrarás recetas mágicas, pero sí un plan sólido, consistente, creíble… y comprobable. Yo ya he pasado por lo mismo que tú. Y como «la experiencia es un grado», me dispongo a ahorrarte dos cosas:
1.- Dinero. Sólo eso. Dinero. Eso sí, aquí hablaremos sobre este asunto con todas sus letras. De cómo se gana y se pierde. De como viene o se va. Y, créeme, si te digo que existen unas reglas sobre uso, que si se aplican, consiguen ese efecto del que habrás oído hablar alguna vez de que «el dinero llama al dinero».
2.- Tiempo. Que aunque no lo creas, es lo más valioso. Aquí no hay reglas. Es sí, te anticipo, que si dispones de tiempo, es muy probable que el dinero venga sólo.
Así que bienvenido.
Por cierto… Me llamo L. Fansworth. Y soy rico.