«(f)independencia en ValueSchool» es una entrada escrita por Ernesto Bettschen.
A finales de 2019 asistí a una charla sobre inversión en la sede de ValueSchool. Concretamente, fuí a escuchar una charla sobre la cartera permanente de Harry Browne (el ponente era Antonio R. Rico, uno de los primeros referentes sobre inversión indexada que yo conocí).
Para los que no lo conozcan, ValueSchool es un proyecto puesto en marcha por Francisco García Paramés para acercar a las personas los principios del ahorro y la inversión.
Y para los que no conozcan a Francisco García Paramés, pues resumiré su carrera diciendo que le apodan el «Warren Buffet español».
El caso es que asistí a la más que interesante ponencia de Antonio R. Rico y tras la misma, además de tener el gusto de poder charlar directamente con él, me interesé por la labor que se realizaba en esa ValueSchool de Paramés.
Así, me dirigí directamente al responsable y me presenté. O más bien, esperé el mejor momento para poder hablar con él, sin demasiada gente.
Así, me informé de las actividades que se impulsan desde ValueSchool, y aproveché para comentar mi labor divulgativa desde (f)independencia.
Creo que (f)independencia es un activo valioso. No en un sentido estrictamente económico. No. Es un activo de conocimiento. Es parte (puede que la más importante) de la herencia que dejaré a mis hijos. Es algo de utilidad a disposición de todo aquel que se interese. Y estoy convencido de ello. Y nada como ese convencimiento para transmitir con entusiasmo lo que (f)independencia es y puede aportar.
Y salí de aquel encuentro con los deberes de seleccionar unos pocos artículos y enviarlos a ValueSchool para ver si cuadraban con su visión de lo que es la inversión.
Y bueno, para no hacer demasiado larga la historia, les envié unas cuantas referencias de (f)independencia, las leyeron, me contactaron, y aquí está, un pedacito de (f)independencia en ValueSchool. No sé si será para tanto, pero de verdad que yo me siento como si me hubieran dado el premio Pulitzer.
Y el reconocimiento (así lo interpreto yo), me impulsa a seguir con mi proyecto de divulgación. Con los mismos valores y principios con los que hace ya unos pocos años me puse a escribir y filosofar sobre conocimientos técnicos, finanzas personales, y relaciones interpersonales.
También, creo que la situación que propició la publicación merece un breve análisis:
- «Cuando no hay nada que perder, todo está por ganar». (La frase me la grabó a fuego Frank G. mi coach de mi época de consultor). Y es verdad: ¿qué podía perder yo por presentarme, por contar un proyecto en el que creo y del que me siento orgulloso? Nada. Las excusas para no hacerlo, de ponérmelas, me las estaría poniendo yo mismo.
- Si lo que haces es valioso para las personas, es sólo cuestión de tiempo que la demanda genere algún tipo de consecuencia. En este caso, yo no esperaba absolutamente nada a cambio, pero para sorpresa mía, el esfuerzo tendrá una remuneración en forma de… ¡libros! A lo que voy: si lo único que quiero es dinero (si ese es mi objetivo), puedo llegar a conseguirlo… una vez, dos a lo sumo. Si mi trabajo es bueno (y que sea bueno es mi objetivo), entonces es probable que llegue a generar valor para tí… por lo que la remuneración (el dinero)… vendrá (será la consecuencia de mi propósito).
«La remuneración nunca puede ser el objetivo. Debe ser la consecuencia». (E.Bettschen).