«Entonces, optimismo» es una entrada escrita por Ernesto Bettschen.
Suena el despertador. Un día más. Toca trabajar.
En la radio, una de las noticias del día son los 130 millones que le han tocado a un vecino de Villaverde. 130 millones… ¡quién los pillara!
Me imagino esta misma rutina y sentimiento en miles… en millones de personas de camino a su trabajo. 130 millones… ¡quién los pillara! Total, si yo también juego. ¿Por qué no a mí?
Nadie se plantea que si reformulamos el sorteo con algo más de realismo, casi nadie jugaría. A saber: llenamos un estadio de futbol con nada más y nada menos que 76 millones de pelotitas, y te pedimos escoger una… la que contiene el premio… ¡venga, que ahí está la suerte!
De ilusión también se vive, y no seré yo quien te quiete las ganas de jugar al EuroMillones… pero tal vez debas plantearte que es bastante difícil y que no es malo tener un plan por si la “mala suerte” nos acompaña de por vida.
La otra reflexión, es… 130 millones. ¿Realmente hace falta tanto? Pues hombre, si efectivamente me “llueven” porque he tenido la fortuna de escoger la bola premiada entre los 76 millones, pues ¡bienvenidos sean!, pero si no… tal vez deba preparar algo más realista, no vaya a ser que aunque tenga la misma oportunidad de coger la pelotita todas las semanas… no termine la cosa por inclinarse a mi favor.
Así, que… ¿te has parado a pensar cuál es tu cifra “real”? ¿Cuál es esa cantidad por la que luchar “de verdad”? ¿Una cifra que sea alcanzable y que efectivamente me solucione algo?
Esa cifra debería ser real. Tuya. Suficiente e indicadora de que has llegado a la meta.
– Pero… ¿cuál es?…
Pues veamos. Porque efectivamente este cálculo es individual. Para este ejemplo, tomaré el dato (que no sé si es del todo cierto, pero que para este ejercicio vale) de sueldo neto medio (que no mínimo) en España, y que es de 1.749€.
Para calcular un objetivo realista, una fórmula sencilla y ampliamente difundida es la de multiplicar el gasto anual * 25, para luego pasar a retirar un 4%.
Así, para el caso de nuestro trabajador con sueldo medio, que cobra 1.749€ al mes (20.988€ al año) y no ahorra absolutamente nada, su objetivo realista sería de 524.700 € (20.988€ x 25). Y con ese importe, podría retirar el 4%, que vuelve a resultar 20.988€, al año, después, claro está, de rendir las pertinentes cuentas a Papá Estado (el peor padre del mundo).
524.700€. Todo un pastizal, pero es la cifra que si nuestro trabajador medio alcanza, le permitiría mantener su nivel de vida “medio”, pero sin tener que hacer absolutamente nada. Ni siquiera trabajar.
Seamos realistas. 524.700€ es una pasta… Pero seguro que es menos de lo que muchos trabajadores medios creían que hacía falta para “vivir de las rentas”.
Y la segunda parte es… ¿cómo de lejos estoy de conseguir ese objetivo, que por lo menos ya tengo cuantificado? Ya imagino la respuesta:
– Lejísimos… ya “sólo” me faltan 524.700€.
Bueno, eso es mucho o es poco… pero no depende únicamente de la cantidad de dinero, sino también del tiempo que te quede por delante para conseguirlo…
¿Quién dijo que esto era fácil? Poder llegar a desembolsar 300 o 400 euros al mes cuando se tiene 25 años es toda una proeza. Y hacerlo constantemente durante 40 años, todavía más. Pero ahí está la matemática, con sólo dos casos de éxito marcados en verde. Poder se puede, aunque una vez más la probabilidad de poder llegar a ejecutar este plan es casi parecida a la del estadio de fútbol lleno de bolas.
- ¿Y entonces?
Entonces, optimismo. Pintaré la tabla desde otro punto de vista: el de la expectativa de qué puedo conseguir en cada caso…
Decirle a un apersona de 45 años que por cada 200€ que ponga al mes percibirá en el futuro 255€ mensuales como complemento a su pensión e indefinidamente, debería cambiar la percepción del esfuerzo. Tanto como para que merezca la pena iniciar el plan.
Al final, resulta que todos estos casos son de éxito. Todos. Y ahora, tú eliges: elabora tu plan… o sigue escogiendo una bola entre 76 millones…
Nota: el tipo al que renta históricamente el mercado es más próximo al 6% que al 4%. Pero no seamos optimistas y tomemos el 4% como valor de referencia. Porque recordemos que Papá Estado (el peor padre del mundo), también quiere vivir de las rentas…