Si has echado un vistazo por estas páginas, sabrás que la (f)independencia va un poco más allá de la independencia financiera. La (f)independencia trata de poner foco en tres ejes, que considera fundamentales para prosperar: las habilidades técnicas, que tratan sobre lo que sabes hacer, las habilidades interpersonales, orientadas a cómo te relacionas con los demás, y las habilidades financieras, relacionadas con tu prosperidad.
Y esos tres ejes, deben complementarse entre sí porque, si bien trabajados de uno en uno ya mejoran un poco nuestra vida, si conseguimos que se apoyen mutuamente, no me cabe duda de que seremos capaces de aprovechar mejor las oportunidades que se nos presenten. Aprovechar, cuando menos… en el mejor de los casos nosotros mismos seremos capaces de crear esas oportunidades…
Básicamente, lo que viene a “predicar” la (f)independencia es que si trabajamos una habilidad o conocimiento profundamente, estamos bien relacionados y podemos impulsar nuestras ideas financieramente… nuestra probabilidad de éxito en la vida será un poco más elevada.
La alternativa a esto, puede ser vivir esa existencia que nos lleva por el camino común… un camino por el que transita tanta gente que apenas tenemos margen de maniobra. No se vé el propio camino. No se disfruta del paisaje. Se va. Casi por inercia. Es ese camino socialmente aceptado, y casi promovido, que como andamos juntos parece más seguro. No digo que sea un camino fácil de transitar. Pero sí que sé que llega donde llega la mayoría.
Me gusta pensar que si estás leyendo esto, tal vez sea porque te has planteado si efectivamente esa es la meta a la que quieres llegar… la meta “donde llega la mayoría”.
Si es así, ¿Cuál es tu meta?¿Cuál es tu plan para alcanzarla?¿En cuánto tiempo? Si tienes respuesta para estas preguntas, tal vez ya estés cambiando el paso. Si no, simplemente espero haberte incomodado. Y entonces aprovecho para decirte que un solo paso es poco caminar, no te lleva donde quieres estar, pero es el primero que te aleja de tu punto de partida…
“Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia”. (Robert Frost)
“Cuando un velero no sabe a qué puerto se dirige, ningún viento es el adecuado”. Séneca.