Estoy casi seguro de que si te digo que casi para todo lo que haces tú principal enemigo eres tú mismo, no te estoy diciendo nada nuevo. Seguro que lo has oído más de una vez. Pero puede ser que no lo hayas pensado detenidamente.
En una ocasión, cuando era mucho más joven, alguien me dijo “yo creo en ti mucho más de lo que a día de hoy crees tú mismo. Voy a invertir en ti, pero no te quepa duda de que luego me lo cobraré”. La historia es larga, pero puedo dar fe de que efectivamente ese alguien apostó por mí, invirtió su tiempo y dedicación, y finalmente, tal como me dijo, se lo cobró. Es más, a día de hoy, sigo pagando esa “renta”, pero es algo que se paga a gusto, porque realmente creo que no sería la misma persona si todo esto no hubiese pasado.
Ese alguien, cuando me dijo todo esto, efectivamente creía más en mi de lo que yo realmente lo hacía. Es lo que tiene ser joven. Es lo que tiene ser inexperto. Es lo que tiene ser inseguro.
Y básicamente lo que esa persona me proporcionó, fue eso: experiencia, seguridad en mi mismo, autodeterminación…
Es una larga historia, pero el mensaje, a tiempo pasado, es fácil de exponer: sé tú mismo. Y nada más. Y nadie más.
Puede sonarte obvio, pero:
Tú no eres tus padres.
Tú no eres tus hermanos.
Tú no eres tus amigos.
Tú no eres (pon aquí lo que quieras)
Tú eres tú. Y cuanto antes lo asumas, antes te quitarás inseguridades y dudas. La mejor manera de aprender es equivocándote. La mejor manera de no equivocarte es aprender. La mejor manera de aprender es reconocer que no se sabe. La mejor manera de reconocer que no se sabe es ser humilde en ese sentido.
Dale la vuelta a este proceso, y verás su potencial. Es decir: reconoce tu ignorancia, y llegarás a ser una persona de las que pisa fuerte.
Llegado a este punto, hago una observación: si bien respeto el “coaching” como medio de mejora personal, no soporto el “coaching” para blandengues, ese del “tú puedes”, “el mundo es fantástico”, “la energía está en ti”… porque la vida se las gasta duras y todo eso luego se queda un poco vacío. Ahí fuera, lo que hay son tiburones, y si quieres lidiar con tiburones, más te vale que prepares para ello. No se negocia con un “porque yo lo valgo”… se negocia con argumentos y con estrategia… Y si se acompaña de visión (¿qué puede objetar mi oponente?) y empatía (¿si yo digo esto, cuál va a ser su reacción?)… más probabilidades habrá de tener éxito. Es sólo un ejemplo.
El tema da para demasiado, pero trataré de hacer un breve resumen, tocando los tres pilares de la (f)independencia.
En el campo de las habilidades técnicas, el saber no ocupa lugar… (aunque esto solo pasa desde que existe internet. Si ves mi biblioteca en papel, no te lo creerías). En tú disciplina, intenta hacer más y de la mejor manera posible. Sea lo que sea. Aquí, no te dejes engañar por estadísticas baratas que habrás seguramente oído… esas del 75% de actitud y 25% de aptitud. Sólo les doy la razón en aquellos casos en los que a la gente no le gusta lo que hace. Si tienes pasión por lo que haces, estoy seguro que das el 100%, en actitud, y aptitud (párate a pensar en cómo desarrollas tus aficiones). No te engañes: actitud + aptitud no es un cálculo de suma 100.
En el campo de las habilidades interpersonales, te enfrentas a un campo por sembrar. Ser tú mismo requiere tu propio círculo de influencia. Te lo repito, tú eres tú. Está muy bien que respetes y tengas en consideración a los amigos de la infancia, de la familia etc. Pero ya verás como el tiempo me da la razón y muchos lazos aparentemente indestructibles, se van erosionando con el tiempo… Y especialmente si tú lo permites. Que algunos lazos se deshagan, es inevitable. Pero (aquí es donde debes actuar tú, proactivamente, en juego), es posible crear lazos nuevos. Discúlpame si te digo que somos muy tontos… tendemos a quedarnos con un único círculo de amistades, y luego nos quejamos que a medida que nos hacemos mayores “es más difícil conocer gente”. Es una excusa. Y te aseguro que a mí me queda por conocer gente apasionante a la que admirar. En algunos casos, será el destino quien te ponga delante a personas apasionantes (como me ha pasado con Domingo Gaitero), en otros, he sido yo quien me he preocupado de conocerlas (como me ha pasado con Ernesto Bettschen).
No me extiendo más, sólo espero que llegue el día en que como yo hago con mi agenda, procures hacer hueco casi cada día a números que utilizar con frecuencia. Llena tu agenda. Y utilízala. Fuerza recordar, y que te recuerden. Y no te olvides de mandar una felicitación navideña todos los años, descolgar el teléfono a cada cumpleaños, y llamar porque hoy es hoy. Las redes sociales están muy bien… pero por si no te has dado cuenta, cuanto más conectado estamos a través de ellas, más solos estamos en la vida real. ¿Cuántas llamadas en persona recibiste en tu último cumpleaños vs. Cuantos mensajitos de “whatsapp”? Si según te lo estoy contando me das la razón, ya has dado el primer paso para cambiar esto. Te recuerdo que si haces lo que hace la mayoría… simplemente pasaras a ser eso, mayoría. Yo, discúlpame, pero prefiero hablar contigo directamente el día de tu cumpleaños.
En el campo de las habilidades financieras, si por el motivo que sea has terminado leyendo este u otros blogs de temática parecida, creo que estás en el buen camino. El tema es recurrente: si actúas como la mayoría… ya sabes lo que te espera. Es hora de cambiar el chip, y empezar a tomar decisiones propias y diferentes. La mayoría de la gente vive al día. Sin un fondo de emergencia. No invierte. Y tiene deudas. No les culpo, no es porque nos lo hayan enseñado, que en este país la educación financiera brilla por su ausencia. Es precisamente po esa ausencia que la gente aprende finanzas con la única escuela del día a día. Así vamos, que nos cuelan lo que quieren (opciones, preferentes, fondos mal gestionados, etc.). y luego está lo que no te ha contado nadie: que un rico de verdad no vive de su dinero, sino de lo que produce su dinero. Bien sea en inversiones, bien sea en forma de empresa. Pero en ninguno de los dos casos, se gasta el principal.
Más del 90% de los millonarios, tiene inversiones financieras en forma de acciones o fondos de inversión.
Sin embargo, la mayoría de la población, aun teniendo importantes ingresos, no invierte nada. En el mejor de los casos, llegados a una edad se inclinan hacia el plan de pensiones que les vende la entidad de turno.
Y… ya está…
No para ti, que como te digo estás leyendo esto. Y por algo será. Que no te vendan motos (ni planes de pensiones). Yo sí que te propongo un plan. Y ya verás que rápido: busca un buen puñado de acciones (diez, quince a lo sumo) que hayan repartido dividendo sin interrupción los últimos 15 años, y ve comprando de poco en poco las que puedas (si sólo puedes poner 50€ al mes, hazlo cada cuatro meses, con los 200€ que sumes, para que la comisión de compra te merezca la pena). Empieza hoy, y no pares nunca. Y reinvierte los dividendos. Ya está. Sólo con esto, y tiempo por delante, llegará un día en que te reirás de lo fácil que era, y lo engañado que estabas. Verás cuando empieces que no hay que saber mucho. Y que de repente, las acciones no están caras ni baratas, que simplemente están “más caras o más baratas que cuando las compraste la última vez”. Y tú sólo serás capaz de decidir que comprar, y cuándo comprar. Quitándote de un plumazo todo el ruido del mercado, que por si no te has dado cuenta lo único que hace es jugar con el miedo y la ambición.
Esta es sólo una estrategia. Ya lo ves. 10 líneas para cambiarte la vida. No es ni la mejor, ni la peor. Pero es una fácil de ejecutar. Si la quieres más sencilla, también la tengo: cómprate un fondo indexado a la evolución del mercado mundial (por ejemplo un fondo que replique el índice MSCI World), y haz tu aportación periódicamente.
Dos líneas. Y también te cambiarán la vida.
Una vez que empieces, lo más difícil es mantenerse firme. Ya lo verás.
Las dos estrategias que he contado pueden mejorarse. Lo sé. Pero empezar, si no lo has hecho ya, es lo más importante. Desde el primer céntimo de €uro que inviertas, habrás dado un paso de gigante que te aleja de la inercia de la mayoría.
Lo importante para nadar es meterse a la piscina, poco a poco. Todo lo demás, es teoría. Y cuando te metes en el agua, es cuando aprendes que el cuerpo no sólo no se hunde, sino que ¡flota!…
Tiempo habrá para aprender a tirarse de cabeza, dar la vuelta bajo el agua o nadar a mariposa.
Cuando inviertes por primera vez, es cuando aprendes que el dinero que se mete en el mercado poco a poco, no se multiplica ni esfuma como te han contado en esas historias en las que alguien se forra o se arruina en un par de días. Simplemente fluctúa. Como tu cuerpo en el agua.
Tiempo habrá para aprender sobre fondos indexados, datos de la cotización de las acciones, porcentajes de renta fija y renta variable, estrategias Bogleheads, Harry Browne, ETFs, etc., etc., etc.
No sé si estarás de acuerdo conmigo, pero si analizas los tres aspectos que te he comentado, y los llevas a la práctica, por lo menos tendrás alguna opción más de optar a un futuro menos oscuro. Porque tú, eres tú. Independientemente de todo y todos los que te rodean. Porque tú lo vales… y aplicando esto es una forma de empezar a saberlo.
¡Con un poco de suerte, y algo de tiempo por delante, incluso podrás llegar a conseguir la (f)independencia!